“Cuando todos los hombres hablen bien de vosotros”

Existe un deseo intrínseco en todos los humanos de buscar la aprobación de los demás. Queremos encajar y sentir que somos parte del grupo. La mejor estrategia para alcanzar este objetivo consiste en adoptar la forma de pensar de la mayoría. De esta manera tendremos menos posibilidades de tener desacuerdos con la familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.

Siete pasos para ser aceptados por el mundo

Si la mayoría tuviera un libro de reglas para aquellos que desean buscar su alabanza, podría verse algo como esto:

(1) Jamás corregir a nadie por sus creencias o estilo de vida. Evitar ser “censorio”.

(2) No adherirse estrictamente a las enseñanzas de la Biblia para evitar ser etiquetados como “fundamentalistas, legalistas, fariseos, etc.”

(3) Evitar referirse a creencias o estilos de vida como “pecado, pecaminoso, malo” o “incorrecto”.

(4) Decirles a todos que “no existe la verdad absoluta” o que “cada uno tiene su propia verdad”.

(5) Decirle a la gente que “todas las religiones son caminos igualmente válidos hacia Dios” y que “lo importante es ser sincero”.

(6) Decirles a todos que van al cielo, independientemente de lo que crean o de cómo vivan.

(7) Decirles a los agnósticos y ateos que ellos también están en el camino correcto que conduce a la vida eterna.

Esta es una forma segura de obtener la aprobación de la mayoría de las personas hoy en día. Sin embargo, si lo que buscamos es el eligio y la bendición de Dios, a lo mejor nos gustaría considerar lo que Jesús tiene que decir al respecto. En su “Sermón del monte”, dijo a las multitudes: “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas” (Lucas 6:26)!

El ejemplo de Jesús

Jesús sabía muy bien que si quería que la mayoría pensara cosas bonitas sobre él, ¡ser una luz brillante en un mundo de oscuridad no fue la manera de hacerlo (Juan 3:19-20)! No deseaba la aprobación de los hombres (Juan 5:41), sino la de su Padre celestial (Juan 7:18). En una ocasión, Jesús dijo a los judíos que buscaban matarlo (Juan 5:18): “¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria [es decir, alabanza] los unos de los otros, y no buscáis la gloria [es decir, la alabanza] que viene del Dios único?” (Juan 5:44).

Claramente, a veces el mundo no tendrá una opinión favorable de los que siguen a Cristo. Esto se debe a que han sido llamados fuera del mundo para ser diferentes de la mayoría (1 Pedro 2:9; 2 Corintios 6:16-18). No debemos sorprendernos cuando el mundo habla mal de nosotros. ¡Nadie lo sabía mejor que Jesús (1 Pedro 2:19-24)!

–Jerry Falk