Debemos morir para vivir (Parte 1)

Cuando (literalmente) tenemos ganas de morir

“Tengo que morir para mejorarme”. ¿Alguna vez se ha sentido así? ¿Se ha sentido tan enfermo que deseaba morir para poder sentirse mejor? Decimos esto como una especie de broma (o tal vez no). Por supuesto, en el momento en que nos sentimos tan mal, deseamos que suceda algo que mejore nuestra condición. Estar enfermo no es divertido y haremos lo que sea necesario para sentirnos mejor. Por supuesto, como cristianos, hacer “lo que sea necesario” aún debe estar dentro de lo que es moral y correcto. El mundo no siempre sigue ese camino.

Morir en otro sentido

Espiritualmente, el concepto de morir para mejorarnos es una verdad a la que debemos conformarnos. Para mejorarnos, para estar libres del pecado, para experimentar el perdón y la verdadera libertad, debemos morir. Esta es una idea importante en las Escrituras. Por ejemplo, Pablo la expresó de esta manera:

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-4).

Pablo continúa diciendo: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros…”, y luego habla de algunos de los pecados que caracterizan al que aún no se ha negado a sí mismo. Hacemos morir lo que es mundano, nos despojamos de los pecados de la carne y nos vestimos de Cristo y del nuevo yo (Colosenses 3:5-15). Para ser nuevos, lo viejo debe irse. Debemos morir para vivir. Pablo también escribió a los romanos:

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:1-4)

¿Se considera usted “muerto al pecado, pero vivo para Dios en Cristo Jesús”? (Romanos 6:11)

–Doy Moyer (traducido de https://searchingdaily.com/)