“¡No quisiste!”

Si bien hay algunas partes de las Escrituras que son difíciles de entender (2 Pedro 3:16), no es así el caso con todo lo que encontramos en la Biblia.  De hecho, el apóstol Pablo declara explícitamente en Efesios 3:4 que “leyendo … podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo”.

Donde yace el problema

Muchas veces, nuestras preguntas y dudas se pueden contestar simplemente por leer y creer lo que la Biblia tiene que decir al respecto.  Por lo tanto, el problema de la incredulidad no reside en el intelecto sino en la voluntad.

Por esto Jesús dice: ” Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane”(Mateo 13:15). En vez de usar sus oídos y ojos para cumplir con el propósito divino por el cual fueron creados, “oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos”.

La verdadera razón por la cual muchos no tienen fe

Muchos no creen simplemente porque no quieren.

Esta es exactamente la razón por la que Jesús, mientras miraba la ciudad de David, exclamó con gran tristeza: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Lucas 13:34)

–Jerry Falk