Cuando se te acaban las razones para seguir intentándolo

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Hace unos años, el programador de computadoras sueco Markus “Notch” Persson puso a la venta la primera versión de su juego de vídeo sumamente popular “Minecraft”. Es el segundo juego de vídeo más vendido de todos los tiempos, con más de 100 millones de copias vendidas en el mundo.

En septiembre de 2014, vendió su compañía y la propiedad de Minecraft a Microsoft por 2,5 mil millones de dólares. Seguramente todo ese dinero y fama le han hecho feliz, ¿verdad?

Para contestar esta pregunta, mire lo que publicó Persson en Twitter el 22 de agosto de 2015: “El problema con conseguirlo todo es que se te acaban los motivos para seguir intentándolo, y la interacción humana se vuelve imposible debido al desequilibrio”. Persson siguió con esta publicación en Twitter: “Pasando el rato en Ibiza [España] con un montón de amigos y de juerga con gente famosa, capaz de hacer lo que me dé la gana, y jamás me he sentido tan solo”. Poco después de esto, escribió: “En Suecia, me quedo sentado y esperando a mis amigos…, mirando mi reflejo en la pantalla [de mi computadora].”

El rey Salomón pudo haberse identificado con Persson y su lucha por encontrar un verdadero sentido para su vida en medio de abundantes riquezas y fama. Salomón era tan rico que “hizo el rey que en Jerusalén la plata llegara a ser como piedras” (1 Reyes 10:27). Es muy probable que esto sea una hipérbole (una afirmación exagerada que no debe tomarse literalmente). Sin embargo, es una ilustración adecuada de cuán rico fue Salomón. A pesar de esto, el rey escribió que “El que ama el dinero, siempre quiere más; el que ama las riquezas, nunca cree tener bastante. Esto es también vana ilusión”(Eclesiastés 5:10, Dios Habla Hoy).

Años después, Jesucristo dijo que “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15). La única manera de encontrar verdadera satisfacción en la vida es desear intensamente conocer la voluntad de Dios y ponerla en práctica en nuestras vidas. Jesús se refirió a esta verdad con las palabras: “Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos” (Mateo 5:6, Versión Dios Habla Hoy).

¡Solo Dios puede dar a nuestras vidas un verdadero significado!

–Jerry Falk